Tranquilidad, que todavía me quedan casi 700 palabras para convenceos de que a vosotros también. Obviamente como a cualquiera, si puedo elegir prefiero ganar a perder pero no a cualquier precio. Si sois lectores habituales de este blog o me seguís a través de alguna red social sabréis sobradamente que siento una absoluta predilección por iRacing en cuanto a software elegido para competir. El motivo principal es que su sistema online además de limpieza te garantiza que prácticamente a cualquier hora puedes correr carreras con rivales de tu nivel. Ahí está la verdadera clave, la garantía de que, en la medida de lo posible, los rivales con los que te cruces en pista tendrán un nivel similar al tuyo y con los que todo hace indicar que podrás tener unas bonitas y disputadas batallas.
Recuerdo que cuando adquirí mi nuevo PC y mis tres primeros monitores buscando un plus de inmersión durante aproximadamente un mes disfruté mucho de los distintos juegos y simuladores, una experiencia totalmente nueva, pero al cabo de un tiempo se hacía ciertamente repetitivo y estaba sufriendo una preocupante falta de motivación, incluso me hizo replantearme si me había precipitado al realizar tal desembolso. Todo esto cambió cuando comencé a competir en iRacing, la posibilidad de competir de una forma tan sencilla y eficaz despertó en mi un interés incombustible, interés que en el fondo es el motivo de todos los cambios de he hecho en mi hardware, del contenido de mi canal de youtube y porque no decirlo, de que ahora mismo estéis leyendo estas líneas.
En estos días posteriores a las 24h de Daytona en dicho simulador y en el que muchos de nosotros hemos sufrido problemas de conexión al servidor que nos ha hecho perder preciados minutos ( en nuestro caso sufrimos una desconexión siendo sextos en el Top Split a menos de 5 segundos del líder), yo quiero dar las gracias porque la existencia de este simulador, con sus múltiples problemas incluidos, me ha dado, me da y espero que me siga dando tantos momentos llenos de intensidad, nervios y diversión que no es que me parezca barato, es que me parece un regalo.
Volviendo al tema de mi controvertido gusto por la ausencia de un palmares más repleto de victorias que de luchas por un top10, voy a intentar explicarlo sin que suene algo extremadamente estúpido.
Muchas veces cuando competimos, sea en el ámbito que sea, tanto si ganamos con facilidad como si perdemos de forma abrumadora corremos el riesgo de perder la motivación y entrar en un proceso de frustración difícilmente subsanable. Sin embargo si sentimos que los rivales que nos rodean tienen un nivel parecido, y que nuestro nivel puede aumentar de forma paulatina siempre mantendremos nuestro nivel motivacional al máximo, auto exigiéndonos un sobre esfuerzo para cada entrenamiento, cada carrera…
Obviamente a medida que pasa el tiempo y vamos mejorando nuestro nivel, la posibilidad de rascar esas decimas extra siempre se antoja más complicada, pero el ver que hay gente que lo consigue y que en nuestras mismas condiciones en pista es capaz de ir un poco más rápido nos hará que busquemos de forma insistente como conseguirlas, sea a través de mejoría de hardware, a través de software de análisis, de exhaustivas horas de entrenamiento o de otra innumerable cantidad de posibilidades que nos pueden hacer dar el 100% de nosotros mismos.
Por eso me encanta perder, porque eso me enseña que todavía no he llegado a la meta, que se puede ir más rápido, que hay gente que lo hace y que para acercarme mínimamente a ellos debo trabajar muy duro, porque al más mínimo atisbo de relajación a nivel de entrenamiento o en la propia carrera me van a destrozar. Eso nos mantiene vivos, nos hace sacar ese extra y en definitiva nos hace disfrutar de cuando consigamos la victoria. Porque no hay victoria más bonita que la que además de venir tras un gran esfuerzo que se ve recompensado, no es una victoria habitual. Por eso me encanta perder, apuesto a que a vosotros también.