Hace muchísimo tiempo que pilotar un bólido se ha convertido en algo más que saber mover un volante y presionar unos cuantos pedales. Acertar el momento indicado para cambiar de trayectoria, repartir el peso de un lado a otro y acelerar sin perder adherencia puede que te lleve más lejos y más rápido que al resto de la parrilla, pero fallar al activar el DRS, meter la marcha equivocada, no enganchar el limitador en boxes o darle las largas al que va delante para pedirle -si no le viene a mal- que se aparte en una endurance, hará que toda tu pericia se vaya por el mismo inodoro donde se van los que no saben conducir.
Porque nada es fácil en nuestro hobby, dependiendo del modelo de coche que te pongas a pilotar, tendrás a tu disposición decenas de opciones que te gustaría mantener a mano sin la necesidad de detener el vehículo en la cuneta para ponerte el teclado en las rodillas y darle a la tecla correcta. Así nacieron las botoneras externas, cajas con los colores y las formas más variopintas y con más rotatorios, pantallas, palancas y switches asignables que cuando Gagarin saltó al espacio por primera vez. «Nunca serán suficientes«, reza un cartel sobre el cockpit de cualquier simRacer actual.
Sin embargo, por muchos paneles, teclados y cajas que instalemos en las cercanías de nuestras manos, nada como tener todas las funciones indispensables con tan solo alargar un dedo. Y a menos que seas el increíble hombre elástico, eso te obliga a incorporar todos esos botones alrededor del aro y a solo unos pocos centímetros de tus falanges.
Ascher Racing es una empresa alemana muy conocida en el mundo del simRacing. Martin Ascher, su fundador, le dió nombre durante la primera etapa más personal de la marca. En 2014 empieza a distribuir levas fabricadas a mano y dirigidas al mundo de la simulación hasta que en el 2019 fue adquirida por KW automotive GmbH. Bajo la sombra de esta matriz especializada en amortiguadores de competición, fue añadiendo al catálogo soportes y shafts para OSW y poco tiempo después -hasta nuestros días- terminarían diseñando ellos mismos sus propios volantes completos. En este análisis, nos centraremos en uno de sus modelos más conocidos, la botonera B16L-USB.
EMBALAJE
Contar con todo el engranaje industrial de KW automotive debería de darle a Ascher Racing las herramientas suficientes para crear auténticas obras de ingeniería. Esa es la primera impresión que cualquiera puede tener cuando recibe en casa material firmado por este equipo. No hay lugar ni para el DIY ni para chapuzas o personalizaciones propias de una cadena de montaje artesanal. Como descubriremos más adelante, todo en B16L-USB es puro diseño milimétrico, sólido y eficiente.
El embalaje ya deja adivinar el trabajo, la experiencia y sobre todo, hace bueno ese dicho jurásico de «no hemos reparado en gastos«. La botonera llega en una cama de foam negro y duro con la forma exacta para que el interior se mantenga en su sitio desde la fábrica hasta que el cliente lo extraiga. Ni bolas de porexpán blanco ni plásticos de burbujas. Si el paquete se cayera de un avión, el B16L-USB aterrizaría impoluto en tu aro después de atravesar tu tejado clavándose en el backet.
La botonera B16L-USB llega montada de fábrica. Los tornillos y demás herrajes que incorpora se suministran en bolsitas con su propio logotipo serigrafiado (seguimos sin reparar en gastos). Son tornillos de diferente longitud pero de la misma métrica para la instalación del aro al shaft que elija el usuario. Añaden también una herramienta para desmontar el puerto de conexión y algunos espaciadores para aliviar la fuerza de los imanes.
Un buen puñado de pegatinas de colores para customizar el diseño de cada botón se unen al cable rizado de unión USB que lo conectará al PC. Embutidos en el mismo foam, llegan también 4 imanes diferentes que permitirán distribuir la fuerza de las levas (sigue leyendo más abajo).
CONSTRUCCIÓN
Para los que hemos hecho algunos pinitos diseñando e imprimiendo nuestros propios cacharros, sacar el Ascher B16L-USB de la caja produce una punzada de envidia malsana que se origina en un hormigueo indeterminado por la manos y termina, segundos después, en un tic nervioso que recorre toda la mejilla. Estamos ante un equipo de una calidad excepcional y un acabado tan parco como elegante.
Una pieza de metal, horadada durante horas mediante una técnica de cepillado -solo reservado a quienes han invertido una cantidad obscena de dinero en máquinas propias de la industria pesada-, da cobijo a una circuitería minimalista, eficiente y exacta en todas sus medidas. Ascher Racing no se anda con remilgos en cuanto al diseño y parece que toda su experiencia de años anteriores se haya condensado en cómo hacer del B16L-USB un invento que, a todas luces, durará más generaciones que el propio hobby.
La caja, de una sola pieza, deja entrever en su interior las huellas circulares que la máquina fue dejando a su paso durante el vaciado del vaso hasta eliminar todo lo innecesario. Perfectamente pulido, no hemos sido capaces de encontrar un filo con rebaba o con signos de haber sido corregida tras el proceso mecánico.
Flanqueando ambos lados, las levas, aquella semilla que engendrara hace tiempo el primer Ascher Racing de Martin y convertidas después en uno de sus productos tótem, se integran en el cuerpo de la botonera con la tornillería precisa. Dos únicos cables, embutidos en una funda discreta del mismo color que el cuerpo, trasladan el pulso de los dos imanes hacia una placa micro Leo Bodnar, el cerebro al que también se dirigen los 8 botones y los 2 encoders de esta versión.
El circuito es sutil, limpio y diseñado ex profeso para este modelo. Los botones, incorporados en la propia placa, se sacuden de los típicos cables que pueblan todos los proyectos más caseros y esta vez el hardware cae en las coordenadas correctas. De nuevo, si eres de los que se hace sus propios ingenios del diablo, se te levantará una sonrisa aduladora por el resultado tan impoluto en el diseño de Ascher.
Aunque la placa más pequeña del catálogo de Bodnar permita un total de 20 botones sin necesidad de matrices en sus pines más una entrada analógica, el módulo B16L-USB solamente incorpora 8 botones o pulsadores más 2 encoders. Leo Bodnar, fabricante de interfaces de renombre mundial y un sello de calidad en cualquier dispositivo, es el encargado de transformar las respuestas eléctricas convirtiendo los pulsos en mensajes mediante la creación de un HID (Human Interface Device) compatibles con Windows.
En el caso de la botonera B16L-USB, la propia aplicación de Leo Bodnar nos indica el modelo exacto usado y las posibilidades de configuración que ofrece el interface. Notar cómo los encoders se han instalado en las entradas 7-8 y 15-16 con un ratio de 1:2 en cada paso de rotación.
BOTONES y ENCONDERS
Los botones, con un tacto realmente bueno, huyen del recorrido intermedio y barato de fabricantes mucho menos exigentes donde al menor peso parecen bailar en su holgura. Accionar el botón del B16L-USB genera un feedback mecánico suave al comienzo con un rebote natural que no deja lugar a dudas en su activación o desactivación.
Cada uno de los botones consta de tres piezas: el circuito soldado directamente a placa sin cables intermedios, la funda de plástico y por último, la corteza exterior que tocarán nuestros dedos. Estos capuchones, de un tamaño algo pequeño si estás acostumbrado a otros modelos, no hará, en cambio, que echemos de menos más diámetro.
Elegir un buen encoder tiene su filosofía y muchas veces es la clave entre un proyecto y otro. Los normales y más baratos que podemos encontrar en cualquier tienda de electrónica al uso (y presentes en otros segmentos de botoneras de consumo masivo), presentan un tacto desigual. Ascher, en su B16L-USB, ha elegido un componente muy táctil. Igual que con los botones, queda claro que donde se esconde el presupuesto del conjunto es en el feedback y en su respuesta eléctrica. De carácter preciso, cada paso de giro se nota con soltura pero a la vez firme e inequívoco. El embellecedor externo, rugoso y estrecho, ayuda también a generar confianza en la inercia del movimiento.
LEVAS
Con una longitud más que suficiente para cualquier individuo de la raza humana, el metal con forma de media luna se siente pesado y robusto. De todos los engranajes que forman el B16L-USB -y en general de cualquier sistema de levas- estas piezas metálicas tienen la obligación de soportar miles de interacciones semanales en toda su vida útil.
Por su eficacia y la poca necesidad de componentes extras (gracias a la tantas veces vilipendiada técnica K.I.S.S.: «keep it simple, stupid» o «no te líes más de la cuenta, mendrugo«), de un tiempo a esta parte las levas con contacto magnético se han convertido en un estándar a partir de cierto rango de presupuesto y este B16L-USB no podía ser menos.
Combinando los imanes extra que suministra, Ascher Racing nos propone seis opciones diferentes de dureza en sus levas. Por supuesto, según la elección, el feedback tanto en su acción como en su retroceso generarán un sonido de golpe metálico directamente proporcional a la fuerza de atracción de los mismos imanes. En la tabla a continuación -extraída directamente del manual-, Ascher hace referencia a todos los modos posibles de fuerzas resultantes.
Así, con la opción que incorpora por defecto (la máxima de 800g), el clickeo continuo durante carrera es muy evidente y llega incluso a ser oído sin problemas con los auriculares a un volumen alto. Los spacers incluidos pueden amortiguar en algo el sonido a la vez que disminuyen la fuerza total.
Como no todos tenemos las manos del mismo tamaño, las levas del B16L-USB se pueden desplazar 9,5mm cada una y por cada lado. Para ello se debe de realizar una operación algo más compleja que nos obligará a retirar la mayoría de los tornillos de la botonera antes de adecuarlas a la posición óptima. Un logotipo pintado de blanco en cada maneta posterior mantiene el estilo sobrio tan característico de esta marca.
CONEXIÓN
El modelo B16L-USB, como su nombre indica, necesita de conexión USB 2.0 al puerto del PC. Como ya hemos comentado, Leo Bodnar es la marca seleccionada para el interface y su pineado de salida termina en un conector DIN de 4 pines mecanizado tanto en el interior como en el exterior del vaso. Aquí también, Ascher Racing ha suprimido cualquier cable y deja que el conector DIN se conecte directo a placa. Una pequeña herramienta plana incluida en una de las bolsas permitirá retirar el anillo externo y acceder así a las entrañas del B16L-USB.
El cable, rizado, mide 80cm de largo en estado normal, alcanzado un par de metros en caso de que la presión de giro aumente. Tanto el conecto DIN hembra del mecanizado como el propio conector macho situado en un extremo del cable ofrecen la misma calidad de acabados y en el caso del conector DIN se refuerza con una conexión enroscada de seguridad.
SENSACIONES
Con un peso de 700gr, hay que añadir el aro y el shaft. Para el análisis hemos elegido uno de los muchos modelos compatibles que aconseja Ascher Racing: un OMP Kubic de 31 centímetros.
Acoplado a nuestro OSW, la calidad final de ambos componentes resulta innegable. El tacto es el esperado: sólido, con una geometría exacta para el tamaño de mis manos pequeñas y para quienes corremos en realidad virtual, se adivina enseguida una colocación de los botones completamente intuitiva. Como a muchos de nosotros nos ocurre, el uso de la VR deshabilita por completo la necesidad de pantallas, leds o cualquier otro detalle visual añadido. Agradecemos el logotipo de la marca en el centro de la botonera, pero nos hubiera gustado un pequeño panel con un rotatorio o botón similar.
La separación entre botones es la suficiente (20mm) y permite que nuestros dedos respiren sin provocar fallos indeseados. En general, el patrón de diseño se ciñe a los estándares de situación de otros fabricantes y no podemos imaginar una disposición más eficiente.
Es verdad que en VR podríamos echar de menos un número de botones mayor y sobre todo -y esta es la crítica más importante de todo el análisis- el añadido de un Funky Switch, una suerte de joystick con varios ejes de movimiento que nos permitiría pasear por los menús virtuales sin necesidad de utilizar un teclado o botonera externa. Quizás Ascher Racing o cualquier otro fabricante de botoneras/volantes podría incluir en su catálogo equipos certificados VR, una suerte de productos con el jugador virtual en mente y sin demasiados aspavientos estéticos que solo tienen sentido cuando contemplas el producto desde la vida real.
Durante carrera, las levas generan confianza en cada subida o bajada de marcha y accionar sus botones o cambiar una black box con el rotatorio suponen acciones fluidas y sin errores.
CONCLUSIÓN
El modelo Ascher Racing B16L-USB es un paradigma en cuanto al diseño interior y a la selección de materiales y componentes. Personalmente me alegra que la tendencia en las texturas haya cambiado por fin de un carbono un tanto recurrente hacia un material liso, raso y elegante, pese a las posibles huellas que nuestros dedos pudieran dejar.
Ascher Racing B16L-USB es un equipo que seguirá funcionando a través de todas las generaciones de tu estirpe hasta convertirse en un tesoro familiar que en el futuro será venerado igual que tus bisnietos venerarán la foto de su tatarabuelo encima de su cockpit de aluminio extruído. Como en todo equipo sobresaliente, el diseño, el famoso know-how (chapuzas pocas) y los componentes seleccionados, subirán el presupuesto a un montante de gama alta solamente accesible cuando tu hobby coincide con tu pasión.
Sin embargo, pese al coste, la inversión en el B16L-USB será recompensada no con tiempos más rápidos (eso corre siempre de tu parte), sino con la tranquilidad de olvidarse de por vida de un componente esencial en la conducción moderna. En el fatídico supuesto de un contratiempo, Ascher Racing cuenta con la garantía personal que solo una empresa dedicada al diseño y fabricación de hardware de competición real podría ofrecer.
Para concluir, queremos agradecer a Ascher Racing por proporcionarnos la oportunidad de probar y testear su hardware y desde simRacer les animamos a seguir diseñando productos de tanta calidad.
La botonera esta a la venta en la web de Ascher Racing a un precio de 499 euros.
Nos vemos en las curvas, pilotos.