Seguimos con una nueva marca en nuestra web. Esta vez es Simagic la que por fin hace acto de presencia y nos estrenamos con un shifter diferenciador de si catalogo, el DS-8X. Un análisis de Mariano B.
Conceptos como “eficiencia”, “simpleza” u “optimización” nos resultan muy familiares hoy en día. Se aplican a cualquier ámbito de la vida y se presentan como mejoras indiscutibles en cualquier proceso.
Se nos enseña a optimizar nuestros hábitos, nuestras emociones e incluso nuestras relaciones. Nos convertimos en usuarios en lugar de sujetos: medibles, predecibles, eficientes. La vida se transforma en una interfaz limpia, desprovista de roces y fricciones, sin experiencia real.
Un claro ejemplo es la tendencia actual en el sector automotriz, donde el equipamiento basado en unos y ceros —enfocado en la comodidad y en suavizar la experiencia de conducción— se nos presenta en bandeja a través de la publicidad como si esas fueran, efectivamente, las características que estamos buscando.
Si acotamos estos conceptos al mundo del simracing —que es, al fin y al cabo, el motivo por el cual estamos aquí— coincidiréis conmigo en que estas ideas, una vez aplicadas, nos permiten ser más rápidos, ahorrar combustible o neumáticos, y en definitiva, alcanzar mejores posiciones en carrera.
Pero, ¿qué pasa con quienes están aquí simplemente por el placer de disfrutar la experiencia y las sensaciones? ¿Qué pasa con aquellos que, movidos por la nostalgia de lo que veían en los circuitos cuando eran pequeños (me incluyo), o por el ideal de adrenalina de eventos pasados, buscan acercarse un poco más a esa época? Tal vez no están aquí para presumir ni para ser quienes acaban en lo más alto de la tabla. No se trata de ver quién la tiene más grande.
No quiero convertir esta reseña en un paralelismo con la teoría desarrollada por Gilles Deleuze, pero debido al artículo que hoy nos ocupa, creí conveniente reavivar este debate.
Hoy venimos a hablar de un producto que va en contraposición con los conceptos antes mencionados.
Por fin Simagic
SIMAGIC nos ha dado la oportunidad de probar, experimentar y disfrutar una de sus joyas de la corona. Un dispositivo bastante olvidado por muchas marcas dentro del simracing y que, con las tendencias actuales de los escenarios competitivos, se ha convertido cada vez más en un producto de nicho.
Estamos hablando del Simagic Shifter DS-8X
Empaquetado
Simagic lo envía en un embalaje muy bien protegido, incluyendo además tornillos, arandelas y tuercas específicas para cockpits 20/20, algo que se agradece, ya que, de no ser así, te verías obligado a rebuscar en ese cajón donde guardas media ferretería para ver si encuentras un par. También se incluye un cable USB (tipo B), varias pegatinas con su eslogan “Keep Racing” y otras del mundo del drifting, además de un breve manual impreso. En definitiva, el estándar al que ya estamos acostumbrados.
La primera impresión al abrir la caja fue que, honestamente, me lo esperaba de mayor tamaño, lo cual agradezco, ya que soy de los que prefieren no convertir su cockpit en una estantería llena de dispositivos que se asemejan más al panel de mando de un avión comercial que a un puesto de conducción.
Construcción
El shifter tiene un peso considerable, ya que está completamente construido en una aleación de aluminio con acabado satinado negro, lo que ya deja entrever la robustez del conjunto.
Y en este punto quiero hacer énfasis: tras aproximadamente dos meses de uso intensivo, no se aprecian signos de desgaste. Sería interesante volver a esta reseña dentro de un año para comprobar si todo sigue en su sitio y sin holguras.
Secuencial y en H
El shifter permite tanto cambio secuencial como en H, con un patrón de R+8, seleccionables mediante un interruptor lateral. El accionamiento de la marcha atrás, así como de la séptima y octava marcha, se realiza desde la propia palanca, lo que me recuerda al mecanismo de algunos modelos de Ford y Opel. Este diseño evita engranar accidentalmente dichas marchas, ya que, en cambio manual, pocos vehículos cuentan con una séptima u octava velocidad.
En el frontal se encuentra una tuerca, para la cual también se incluye la llave Allen correspondiente, que permite ajustar la dureza del accionamiento de las marchas, tanto en modo secuencial como manual.
Es importante señalar que, dado que los resortes actúan únicamente en el modo secuencial y no en el modo manual, el ajuste de dureza puede diferir entre ambos. Por ejemplo, si se configura la dureza al máximo en modo manual, al pasar al modo secuencial podría impedirse el retorno de la palanca debido a la resistencia excesiva. En ese caso, será necesario reducir la dureza hasta lograr un accionamiento más suave que permita el retorno gracias a los resortes internos.
Software
Una vez todo está instalado y conectado al PC, el software SimPro Manager permite calibrar la palanca en el patrón de cambio en H. Si se cambia al modo secuencial, también permite sincronizarla con las levas, en caso de que dispongas de una base y aro de Simagic. Además, es posible invertir los botones de subida y bajada de marcha.
Con la configuración lista, lo hemos probado en distintos simuladores y el funcionamiento ha sido impecable: sin fallos de detección ni problemas al programar los botones.
Sensaciones
Las sensaciones, qué decir… son espectaculares para un producto en su rango de precio. El tacto metálico al engranar marchas está muy logrado, y me recuerda a la sensación que ofrece una caja de cambios ubicada justo debajo de la palanca en vehículos de propulsión trasera, sin el típico varillaje complejo de los de tracción delantera.
En el modo secuencial, las sensaciones son igual de satisfactorias.
Un aspecto interesante para muchos usuarios es que este shifter resulta notablemente silencioso, a diferencia de otros modelos del mercado que, al estar fabricados con metal y plástico, tienden a generar más ruido durante su uso.
Conclusiones
En definitiva, se agradece que marcas como Simagic, sabiendo que este tipo de productos tiene un mercado reducido, sigan apostando por ofrecer sensaciones auténticas a quienes, en ocasiones, cuando nos sentamos frente al simulador, solo queremos relajarnos y disfrutar del placer de conducir.
Lo que Gilles Deleuze llamaba “el placer no-productivo como forma de resistencia”.
La palanca de cambios se puede adquirir de forma individual por 399 euros:
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