Me suele pasar, es algo a lo que estoy más que acostumbrado y supongo que como todo en esta vida, va por barrios.
De mis artículos en el blog se ha podido deducir que un piloto tranquilo es un piloto que tiene mucho camino ya hecho. El aspecto mental es clave en la consecución del éxito y la estabilidad es a su vez una clave para que la cabeza y el subconsciente funcionen correctamente.
Los cambios suceden continuamente a nuestro alrededor y las situaciones personales no solo influyen el tiempo que dedicamos a nuestras actividades, si no a la calidad con que las disfrutamos o con que las ejercitamos.
A mayor precisión, mayor calma y perspectiva son necesarias. Necesitamos aislarnos y evadirnos de todas esas cosas que nos afectan de una forma u otra para poder competir de forma plena y a la vez empaparnos de esas otras sensaciones. Dicho así parece fácil conseguirlo pero no es solo sentarse y decirnos a nosotros mismos lo tranquilos que estamos, nuestra cabeza no es tan simple y siempre deambula en busca de cualquier otro foco.
A menudo nos vemos inmersos en extrañas rachas negativas que suelen tener un componente común; nosotros. No pilotamos a nuestro nivel y eso ocasiona que estemos en lugares donde de común jamás debiéramos hallarnos, lo que nos expone a situaciones comprometidas o pilotos de menor nivel que pueden acabarnos en cualquier movimiento.
Es cuestión de inteligencia y perspectiva saber cuando no debemos forzar estás rachas buscando desesperadamente un resultado positivo. Algunas veces es suficiente con aireanos un poco. Otras sin embargo debemos solucionar los otros grandes asuntos que tengamos entre manos.