El año pasado se estrenó la película de esta novela que leí en 2016. Esta protagonizada por Kevin Costner, Amanda Seyfried y Milo Ventimiglia y no la he visto aún por lo que no sé si se ajusta a lo que sucede en el libro o si se hace una adaptación ligeramente diferente. Al menos tenemos una buena dosis de imágenes de IMSA y alguna otra competición de carretera norteamericana. Debajo lo que publiqué hace un tiempo sobre el libro.
Mis expectativas no eran demasiado altas para esta novela, por mucho que lleve asociado el termino bestseller en todas y cada una de sus referencias, o más bien a causa de ello. No esperaba encontrar grandes lecciones o aprendizajes sobre automovilismo, aunque si pequeñas dosis para adornar la historia principal, y desde luego que en eso he acertado.
El arte de conducir bajo la lluvia nos introduce en la piel de Enzo, un perro que cree fervientemente en su reencarnación como humano tras su mundana vida canina. Enzo ve aderezada su existencia por la compañía de su dueño Denny, cuya afición y profesión dentro del mundo del motor le ha contagiado de lleno.
Eso es mas o menos una sinopsis general del comienzo del libro, que a partir de entonces evoluciona los personajes de forma natural hacia unos acontecimientos que aunque necesarios en ocasiones, no son precisamente agradables. A través de estos hechos, se nos introducen pequeñas píldoras del aprendizaje básico de un piloto, de sus preocupaciones y de como afrontar las adversidades. También observamos la injusticia, la presunción de culpabilidad, la sociedad tan errónea que vivimos y la mezquindad y crueldad humana basada siempre, eso si, en las mejores intenciones.
El final es un quizá un poco precipitado y forzado, invitando al optimismo y recalcando valores muy válidos y loables para la vida diaria. No esta mal y no es un ejemplar largo, se deja leer bastante bien y Enzo es un personaje al que se le coge cariño rápidamente. Una lectura interesante para esos ratos muertos en los que hay que matar el tiempo sin recurrir al móvil.