Jerarquías

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Una de los apartados que Iracing ha manejado siempre a la perfección es la de ofrecer esa sensación de universo de largo plazo. Sus temporadas de tres meses y sus escalones de aprendizaje con diversos vehículos divididos en diferentes licencias hacen que uno se plantee las cosas con calma una vez se ha extinguido la locura inicial.

El sistema de clasificación de pilotos, a lo ELO del ajedrez, permite discernir a aquel jugador talentoso de aquel que tiene una racha de resultados. Con el tiempo es invariablemente inevitable que todos acabemos donde nos corresponde, en un nivel en el que nos encontramos siendo desafiados pero con posibilidades de realizar progresos.

El irating, que así es como se llama esa puntuación, y que cuesta tanto ganar y tan fácil es perder, llega a convertirse en una auténtica obsesión para algunos que pierden la vista del verdadero objetivo del simulador; disfrutar y aprender. Mucha gente lo conserva como oro en paño, evitando carreras y corriendo solo en series seleccionadas donde tienen posibilidades de hacer algo, ya que ese irating significa de alguna manera status.

Es un status que se respeta en los foros, por el que los equipos muestran interés, que granjea una afinidad y que asombra a los jugadores que no son capaces de alcanzarlo. El irating de alguna manera está siempre presente en todas las pantallas del simulador reflejando lo lejos o no que uno ha llegado y debe de servir de referencia importante cuando vamos a carrera.

Cuando entramos en una sesión oficial, los jugadores aparecen ordenados por irating, concediéndoles un orden de cabezas de serie en la sesión. Si el irating ha sido en su mayor parte obtenido con ese vehículo, por norma general la clasificación y salvo descalabro de alguno, suele imitar y correlacionarse con el orden de los cabezas de serie. Aquí es cuando se barajan opciones y realmente los incidentes se desencadenan, ¿Por qué? porque algunos pilotos empiezan a situarse en posiciones que no les corresponden según su valía, lo que les obligará a forzar situaciones de riesgo en cuanto el semáforo se ponga en verde.

Imaginemos que esa captura refleja la parrilla de salida en vez de una situación intermedia de carrera. ¿Creéis de verdad que un campeón mundial como Huttu va a conformarse detrás de un número 16? Es evidente que no. ¿Es el ritmo de Huttu mejor que el de Maarten? Casi seguro que si, por lo que si Marteen es inteligente y acorde con su estrategia marcada «facilitara» el pase a Huttu con tal de no destrozar su propia carrera e intentara aprovechar su rebufo tanto tiempo como pueda con tal de que ese tren lo lleve hasta poder luchar por la victoria a final de carrera. Lo mismo sucede por detrás donde Martin Kronke, Mitchell y Aleksi, irán forzando o pasando progresivamente a todos los «sparrings» que tienen delante. Si en algún caso se produce una batalla con uno de ellos, las posibilidades de provocar un incidente van a estar repartidas entre los dos, el que no supo leer la carrera intentando parar a gente que lucha por otros objetivos y el que siendo objetivamente más rápido no logró situarse delante en clasificación, y que debido a su precipitación por enmendar su lugar forzó una situación peligrosa en carrera.

De la misma forma esto sucede una y otra vez en todas las carreras y series en las que participamos. Nuestro objetivo muchas veces, por mucho que nos duela, es jugar las opciones de nuestra propia carrera. Si tenemos experiencia y suerte lucharemos por la victoria. Si por el contrario, nuestro estado o pericia actual no permite luchar por grandes objetivos, tenemos que adecuarnos a lo que ese orden de cabezas de serie espera de nosotros e intentar mejorarlo usando las situaciones de carrera de la forma más inteligente posible, y eso muchas veces significa no enfrascarse en peleas en las que sólo podemos perder.

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