La carrera es muy larga

Si has tenido la habilidad y paciencia de salir de las series Rookie, o simplemente has pasado de jugar más carreras a Forza y Gran Turismo y estas comenzando a usar cosas «serias» te habrás dado cuenta que la gran mayoría de competiciones y desafíos implican dar un común de más de 10, 15 o incluso 20 vueltas al mismo circuito. Al ojo consolero esto podría asemejarse a un inmenso aburrimiento ya que acostumbrado a que las carreras se decidan en la primera vuelta, o incluso en la salida, mas de 5 vueltas podría resultar absurdo. Sin embargo ahí esta ese aficionado contemplando la F1, las V8, el DTM o las Blancpain Series y admirando a esos pilotos que pueden ser constantes durante muchas, muchas vueltas.

Esta serie de carreras necesitan un cierto tipo de consistencia. Al fin y al cabo se trata de manejar la presión durante la carrera y los diferentes imprevistos que puedan suceder, pero sobre todo y antes que eso existe una regla de oro que siempre debes cumplir:

You can’t win the race on the first lap but you can definitely lose it

Siguiendo con los tópicos que ya conoces, para ganar una carrera es necesario finalizarla. Menuda sorpresa, ¿verdad? Pues no hay más que ver el alto porcentaje de pilotos que no son capaces de completar la primera vuelta, muchas veces ni la primera curva. En muchos casos se trata de ansiedad sobre compensatoria ante una mala calificación, otras simplemente la ignorancia de creer que adelantando a un piloto más rápido en la salida nos libraremos de él para el resto de la carrera. Casi nunca es así.

Tu misión es siempre la misma: cuidar tu coche bajo cualquier circunstancia, ya que es la única forma de mantener tus posibilidades de terminar la carrera en una buena posición intactas.

A partir de ahí, generalmente la carrera suele ir ordenándose, primero a través de escaramuzas y luchas, y una vez han terminado estas y cada piloto esta en su lugar, con los diferentes ritmos de carrera. Sí la clasificación ha sido útil, es decir, sí cada piloto ha dado lo mejor de si, la carrera se transformará en una procesión en la que la mentalidad y el cálculo toman todo el protagonismo. Es en este caso cuando la estrategia y la táctica han de prevalecer. El piloto ha de controlar la duración de la prueba, quien lleva detrás y delante, a cuanta distancia, si va en rebufo, si no va en rebufo, a cuanto esta de poder meterse en él y a cuanto esta de perderlo. El orden de prioridades en este caso:

• Mantenerse en el tren de cabeza
• Abrir hueco con los perseguidores
• Mantener el rebufo del vehículo que nos precede
• Quitarle el rebufo al vehículo perseguidor
• Avanzar en la carrera siempre que no contravenga el punto 1 o 2

La carrera es muy larga y a veces incluso sin ser agresivo (o asertivo) os llevará hacia donde deseáis. Pero todo lleva su tiempo, la paciencia es el atributo más preciado y al fin y al cabo, la carrera es muy larga. Lo leeréis muchas veces, en muchos idiomas, nunca está de más recordarlo. La carrera pone a cada uno en su lugar. El piloto constante, que sabe elegir sus duelos, que no batalla de forma inútil y que maneja la presión de su propia conducción es el que suele tener éxito.