Las cosas pintan mal para la empresa americana que no hace mas que arrastrarse con noticias cada vez más deprimentes. Ahora la venta aparece como la mejor opción tras un tumultuoso camino.
Que Motorsport Games tenía posibilidades de ser un pufazo enorme es algo que algunos descubrieron pronto tirando de ciertos nombres que poblaban los altos cargos de la compañía. El exCEO Kozko había estado involucrado en toda clase de «problemas» en otras empresas tan oscuras como MSGM, y encima se había rodeado de ciertos vendedores de humo ya contrastados como Peter Moore, Gerard Neveu o incluso Fernando Alonso (que no acierta una) para dar empaque a un proyecto cuya única misión era enriquecerlo.
No tiene mucho sentido mirar al pasado y ver la de cadáveres que han quedado diseminados. Desde nuestros adorables haters de Twitter negando hasta la saciedad lo que todo el mundo ve, hasta las decenas de empleos de desarrolladores que han quedado por el camino, los estudios cerrados, los títulos sin salir, las licencias desperdiciadas y todas las esperanzas de cientos de personas implicadas directamente con Studio397 o las otras compras que hicieron con estampitas y promesas incumplidas.
Como el cuento no ha terminado, ahí tenemos la acción aún cotizando a dólar y algo. Con el NASDAQ no poniendo demasiado empeño en mirar que pinta ahí una empresa de 50 personas, o la «recuperada» licencia del BTCC que obliga a un desarrollo en rFactor 2 , al menos para completar la temporada. No dudo que aún habrá noticias ya que iRacing tiene que realizar su último pago de medio millón de dólares por la licencia de Indycar adquirida el año pasado y seguramente desde Motorsport Games esperan repetir tal acontecimiento con la licencia del WEC.
Como siempre digo, me encantaría ser optimista con todo. Ingenuamente optimista, pero me remito a la experiencia de los golpes de realidad que he visto durante mi vida. Hacer un poco de memoria es suficiente para saber como van a discurrir las cosas, pero eso se llama madurez, y no abunda ni en la calle, ni en las instituciones, ni en los despachos, ni mucho menos en las oficinas. Disfruten lo hypeado durante estos años, porque la historia se acaba.