Análisis GT1 Evo

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Volvemos con los análisis, con los reviews o como prefiera uno llamarlos. Hoy contamos de nuevo con colaboración de Víctor Moro, quien ya hiciera el análisis de muelles GTEYE para pedaleras Logitech, y que en este caso nos dará sus valoraciones sobre el montaje y sensaciones del cockpit de Sim-Lab GT1 EVO.

Primero de todo, dar las gracias a todo el equipo de Sim-lab y Richard Schouteren por tener la amabilidad y tomarse las molestias de mandarme un cockpit GT1 EVO para su análisis. A modo introductorio decir que Sim-Lab es una joven empresa neerlandesa fundada en 2015, y lo que empezó como algo en un pequeño garaje, poco a poco se fue transformando en uno de los sitios de referencia para la compra de productos relacionados con el simRacing, en especial para cockpits, gracias a sus estrechos lazos con la industria del aluminio.

Embalaje


El envío del cockpit consta de 3 paquetes, en la medida de los posible procurad estar presentes cuando lleguen para no tener que ir a buscarlos a la correspondiente filial del servicio de paquetería, porque no son ni pequeños ni ligeros (30 kg de nada). Como bien informa Sim Lab a través de su Web, el envío suele tardar entre 2 y 3 semanas, y en mi caso así fue.

El paquete alargado contiene las piezas de la perfilería de aluminio que conforman, lo que podríamos decir, el armazón del cockpit, «los palos». Los «palos» están distribuidos de tal forma que todos juntos conforman un Pieza-I de Tetris gigante. Nuestra Pieza-I va envuelta en abundante plástico de burbujas, compactada con una especie de bridas de plástico y un tope de cartón que en conjunto forman un mini exoesqueleto que hace muy difícil que nuestra mercancía sufra desperfectos. Como curiosidad, 17kg pesa la criatura.

El paquete pequeño, contiene los soportes para el asiento que consisten básicamente en sendas plancha de aluminio de 4mm, protegidas con unas finas láminas de material protector entre ellas para evitar que se rayen. Decir que el paquete está etiquetado como mercancía frágil, lo cual debería, en teoría, ayudar a preservar su integridad.

El tercer y último paquete, es de un tamaño mediano y rectangular. El contenido podríamos diferenciarlo en varias partes:

  • La plancha de aluminio donde irá la pedalera, envuelta en plástico de burbujas.
  • Distintas bolsas con los tornillos, tuercas, «pies» de goma…
  • El soporte para el volante.
  • Un mini-embalaje individual para las piezas correspondientes al slider. Esto esta bien pensado, puesto que los tornillos y tuercas que usaremos para montar el slider son diferentes en tamaño a los del resto del cockpit.
    Los diferentes materiales que van en esta caja, están separados y protegidos entre si por papel, que en un principio podría parecer un tanto escaso, pero de alguna forma todos los elementos están protegidos de forma individual, y trantándose en general de tornillos y tuercas, parece suficiente. El peso, 13kg.

Montaje


Procedamos con el montaje. Para ello y primerísimo de todo necesitamos el manual de instrucciones de montaje que podemos descargar aquí. Si, es una hoja un tanto escasa. No hay ni referencias, ni sugerencias de casi ningún tipo. Cierto es que no estamos montando un mini-acelerador de partículas de piKea, sin embargo en algún momento del proceso de montaje si que se echa de menos algo un poco más explicativo. En la propia web del cockpit en Sim Lab también tenéis disponible un video en el que montan uno.

Como herramientas necesitaremos un par de llaves Allen, un destornillador grande y un metro. El montaje en general es bastante sencillo y repetitivo, lo cual agradecerán los manitas menos diestros, como es mi caso.

Una vez desmembrada nuestra querida Pieza-I, tenemos todas las piezas individuales que conformaran la estructura de nuestro cockpit. Echándoles un vistazo superficial con mis ojos de no-ingeniero industrial, se puede apreciar sobretodo sencillez y solidez. Los cortes de las piezas son limpios y uniformes, sin ningún tipo de irregularidad.

La argamasa que va a cohesionar todos estos elementos son, aparte de los tornillos, los corner brackets y los nut slots (o tuerca deslizante).

  • Los corner brackets tiene una forma triangular, lo que le permitirá encajar como un guante entre el los puntos de unión de las piezas de la perfilería de aluminio. Además cuentan con unas pestañas que van en los raíles de estas, lo cual nos ayudará, más si cabe, a evitar movimientos que pongan en entredicho la integridad de la estructura. Los chicos de Sim Lab nos avisan que, en caso de que sea necesario, estas pestañas se puede romper, cuando el corner bracket hay que colocarlo de forma transversal a los raíles, como por ejemplo en la barra en la que se fijara el soporte para el volante.
  • Las tuercas deslizantes son la piezas que van dentro de los raíles y que nos permitirán atornillar las barras entre si a través de los corner brackets. Entran con mucha facilidad, en diagonal y con algo de angulo, en los raíles, y la forma escalonada de los bordes consigue que una vez dentro de estos, no se descoloque, teniendo que preocuparse ya únicamente de atinar con el tornillo en la rosca.

Como cualquier tipo de montaje-construcción, empezaremos por la «base», que la formarán las dos barras de 1350mm y dos barras de 480mm. En el video montaje nos recomiendan montar primero los corner brackets en los extremos de las barras de 480mm y luego ya unirlo todo a las barras de de 1350mm. Parece lógico. En lo que pareció un brevísimo lapso de lucidez personal, pensé que esto se me había ocurrido a mi, pero luego me di cuenta que ya había visto el video por encima un par de veces y… no. La parte larga de las tuercas deslizantes es mejor que la tape el propio corner bracket, es una cuestión puramente estética, pero queda bien. Una vez hemos montado los 8 corner brackets lo unimos a las barras de 1350mm. Hay que ir atornillando un poco cada uno y luego pasar al siguiente. Si vas atornillando hasta que no puedas más de uno en uno los angulos rectos se ponen tristes. Una vez terminado con esto tenemos la «base». Se le da la vuelta, y se atornillan los «pies de goma», con el manual de montaje en la mano los colocamos un poco a ojo y con la ayuda de un metro nos aseguramos que esten simétricos.

A continuación montaremos el «puente», donde irá la base de nuestro volando. Usaremos el mismo principio que anteriormente. En este caso tiene incluso más sentido, puesto que estás luchando contra la gravedad. Con las 2 barras de 580mm y la restante de 480mm formamos el «puente» en el suelo. Este es uno de los casos en los que hay que romper las pestañas de los corner brackets. Usando un destornillador grande y un ligerísimo movimiento de muñeca cede fácil. Primera vez que rompo una pieza montando algo y está bien. Unimos en el «puente» a la «base» con un 4 corner brackets, y apretamos lo suficiente para que esté firme pero no fijo. Hay que ajustar las distancias posteriormente.

El soporte para el volante que uniremos al «puente» tiene el aspecto de una tarjeta perforada, tarjeta perforada sobre una lamina de aluminio de 5 mm claro. Cuando leemos en la descripción que el GT1 EVO es compatible con tantos modelos diferente de volante, es porque, independientemente de la base que pongamos sobre este soporte, habrá un agujero en la plancha perfectamente posicionado para poder fijarlo. Pese a la cantidad de agujeros, la base del volante sigue pareciendo bastante sólida. Los acabados en la parte inferior son de gran calidad. Para anclar la base a nuestro cockpit, contamos con un par de placas pivotantes. Usaremos los tornillos negros para mantener la armonía en los colores que atornillaremos a las tuercas con material antivibratorio. Se puede regular la inclinación de la base para el volante, pero esto no lo haremos hasta que esté todo montado, una vez más, firme pero no fijo.

El cockpit tiene una barra para anclar al «puente» y donde colocaríamos nuestro teórico shifter. Yo no tengo, y ponerlo para hacer un test en el mundo del simRacing me parece un poco arriesgado. El montaje sería igual que como hemos hecho hasta ahora, con nuestros corner brackets, nuestras tuercas deslizantes y… bueno, os hacéis una idea.

Pasamos a montar la plancha de los pedales, que al igual que la plancha del volante tiene de muchos agujeros para mantener la compatibilidad con diferentes productos. Necesitamos las barras de 195mm que fijaremos a la base, estos junto con el «puente», formarán los 4 soportes de la plancha. También permite ajustar la inclinación y distancia para estar más cómodo.

Por último el asiento y el slider, que nos permitirá regular la distancia del asiento en cualquier momento. Es sin duda el proceso del montaje que tiene un poco más de dificultad, pero tampoco demasiada, tan solo es algo tedioso.

Una vez está todo montado, toca ajustarlo al tamaño particular de cada uno, en este caso el mío. Y para eso me ha venido bien este articulo. Me decían los compañeros de VRacing Team que tenían cockpits parecidos la cantidad de problemillas físicos que habían tenido por no tener regulado el asiento de forma adecuada, y que era preferible tomarse la molestia de desatornillar y atornillar N-veces, a estar a disgusto. Como si tienes el manillar de la bici un par de centímetros demasiado cerca o demasiado lejos; para algún trayecto espontaneo de 5km no lo vas a notar, pero si para uno de 100km. Pasamos mucho tiempo ahí sentados, merece la pena agachar el lomo las veces que haga falta para añadir unos grados de inclinación más al volante o separar un poco los pedales.

Impresiones


Como todo el mundo, el «cockpit» con el que empecé era un tanto rudimentario. Consistía en un G27 anclado a la mesa y una silla de Ikea. Tocaba anclar y desanclar el volante a la mesa cada vez que me quería dar unas vueltas a algo, puesto que era mi mesa de simRacing/Escritorio. No era el paradigma de la comodidad. De eso, pasé a un Playseat Challenge, mucho más cómodo, pero le faltaba algo. Además seguía teniendo el problema de montar/desmontar por temas de espacio. La evolución lógica parecía un cockpit de este tipo.

Después de probarlo de forma intensiva la primera palabra que me viene a la mente es comodidad. No hay punto de comparación posible con nada que haya probado antes, de alguna forma puedes perder mucho tiempo ahí encima sin darte ni cuenta (lo cual no se si es bueno, pero habla bastante bien sobre lo cómodo que es). Con el Playseat o mi silla de escritorio las ganas de seguir dando vueltas colisionaban violentamente con la necesidad levantarme y estirar algo las piernas.

El cockpit da una sensación de solidez y robustez considerables. Cierto es que yo lo he probado con un G27, cuyo FFB no debería amenazar la integridad de la estructura del cockpit, pero me cuesta imaginar que un OSW sea capaz de hacer levantar media ceja a semejante armazón. Es una posibilidad a explorar en un futuro.

Inmersión


Esto al final es un poco subjetivo y depende del otro hardware que tengas, pero con el asiento, el SPEED 1, ya en su sitio y con las distancias bien fijadas, la sensación es similar a sentarte en un coche de competición tipo GT. Puedes aguantar sesiones de varias horas sin tener dolores en la espalda ni molestias en los gemelos o en los tobillos, y eso creo que es algo a valorar positivamente.

Usando VR puedo olvidarme de casi todo y centrarme exclusivamente en conducir de una forma cómoda y funcional, ya que el tejido no añade calor y transpira lo suficiente como para ser fresco en verano y agradable en invierno.

El asiento tiene un bolsillo para poder dejar el móvil y los cojines debajo de los muslos son extraíbles para facilitar su limpieza. La estructura principal es de fibra de carbono.

Conclusiones


Como toda mejora, siempre conduce a una conclusión positiva. Antes me costaba sentarme a dar vueltas debido a la molestia de tener que usar una estructura donde no me sentía demasiado a gusto. Ahora ese problema se ha ido y puedo acudir tantas veces, u horas, como quiera sin tener que acabar molido en la parte baja de los riñones. Poder apretar los pedales sin que se deslice la base también es una mejora que facilita la confianza a la hora de conducir. Además el tema de la compatibilidad me permite añadir otros modelos de pedales y volantes en el futuro, cosa que con el Challenge resultaba imposible. Eso sin contar con la solidez y la modularidad que da la perfilería que permite montar cualquier accesorio sin tener que devanarse uno los sesos y quedando todo bien fijado. Así que en general podemos decir que es un cambio a mejor bastante notable y que se agradece conforme pasan los días.

Precio GT1 Evo: 399€ en gris, 449€ en negro.
Precio Speed 1: 329€ disponible en 3 colores.

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