Castiza como pocas, la expresión «ser como el perro del hortelano, que no come ni deja comer» viene como anillo al dedo para esta rocambolesca situación. No es la primera ni la última vez que se va a hablar del dinero en torno al simracing, tómese desde la vertiente de eSport, desde la de una carrera convencional o como un mundo por separado. Todos tenemos nuestra opinión, seguramente cambiante con el paso del tiempo, respecto al papel que debe jugar lo económico en algo que es, como base, un hobby. La evolución de esta afición nos está pillando completamente desprevenidos, creo que echando la vista atrás hace tan solo dos años no podíamos ni imaginarnos que iba a existir la remota posibilidad de ver algo así, al menos en España.
Además de las retransmisiones en televisiones más o menos convencionales, cada vez es menos extraño ver logos de empresas no vinculadas al mundo del motor en los coches de muchas escuderías virtuales. Si, por supuesto, solo desde dentro conocen qué es lo que reciben a cambio por hacer esa publicidad, pero sabemos a ciencia cierta que, al menos en equipos punteros, no hablamos necesariamente de descuentos en sus productos. Sea en forma de material o en dinero «de verdad», mirar hacia otro lado no va a hacer desaparecer el hecho de que, aunque sea a muy pequeña escala, las marcas ya están empezando a interesarse en esto.
Entiendo a la perfección que la gente no se preocupe por este tema. Es lógico, tienes iRacing, Assetto Corsa, rFactor 2, Gran Turismo o lo que quieras y lo usas como y cuando te apetece, puedes incluso ser un apasionado de esto y no tener la necesidad de buscar nada más, estás conforme con lo que hay y punto. Aquí es donde entra ese perro del hortelano con el que abría estos párrafos: por supuesto no iba a ser todo tan fácil, y ahora nos encontramos con gente que no es que «pase del tema», lo cual, repito me parece totalmente lícito, si no que hace campaña en contra de ello. Como a mi no me interesa, vamos a dar palos o, directamente, a exagerar o inventarnos cualquier cosa intentando ridiculizar al que piensa distinto.
Evidentemente mi caso es el que mejor conozco, tras este inofensivo tweet recibí una respuesta que me decía que a estas alturas ya somos mayorcitos para saber que unas cuantas decenas de miles de personas no traen millones de euros. Da exactamente igual lo comedido que pretendas ser, es lo de menos que busques los dos lados de la moneda: el perro (los perros) del hortelano dicen que no, que eso está mal, y para ¿demostrarlo? llegan a poner palabras que no has dicho con tal de desacreditarte. Luego, claro, llegan los «no, pero es que lo decía por lo que ha dicho fulanito». Ya conocéis lo extremadamente difícil que es usar las menciones en Twitter cuando toca hacer una maniobra de evasión. «And the Oscar goes to…»
Esto es un simple ejemplo, seguramente de los más leves, que se han podido ver estos días. No puedo comprender el camino que le puede llevar a alguien de permanecer totalmente ajeno a algo a ir en su contra, algo que no hace daño a nada ni a nadie. Eso unido a la mágica conversión de palabras que se ha visto por ahí que al parecer sugieren que lo que está pidiendo o deseando la gente es que el simracing esté mañana mismo al nivel de League of Legends me descoloca por completo. Partimos de una realidad irrefutable, que cualquiera la puede comprobar: esto se está agrandando, desde abajo, muy poco a poco, pero va a más. El perro del hortelano no necesariamente niega eso, si no que busca el extremo, «esto no es Call of Duty, por tanto todo lo que decís son tonterías». ¿Que solo se está hablando de ir pasito a pasito a ver qué ocurre en el futuro? Da lo mismo, alguien ha dicho «eSport», suficiente razón para engrandecer hasta límites insospechados un deseo moderado y ale, moldeamos la historia y la convertimos en un esperpento para nuestro beneficio, que no es otro que tirar por tierra lo que buscan los demás.
Siguiendo con la orgía de tweets, recibía el que veréis dentro de un par de líneas hace unas horas que desgraciadamente define muy bien gran parte de lo que ocurre y que me sirve de puente para pasar al siguiente punto.
Y bien, ¿quién o qué decide cómo y cuánto hay que sacar de esto? Algo que me produce a partes iguales gracia y pena es el argumento de «yo aquí trabajando de sol a sol por dos duros y el influencer de turno recibiendo móviles de 700€ gratis». Ni que decir tiene que hay gente con posibilidades muy distintas a las de otros. Hablando de un país como España, no va a tener el mismo acceso a Internet (algo imprescindible para todo esto que estamos hablando) y probablemente tiempo libre el que crece en un pueblo perdido zamorano de 80 habitantes que el que lo hace en cualquier núcleo urbano aún suponiendo cierta similitud en condiciones económicas familiares.
Ahora es cuando me sale una palabra malsonante, pero mejor mantengo la calma y digo que mejor dejemos de hacer el ridículo usando ese espectacular argumento, argumento que existe, igual que existen personas postradas de por vida en una silla de ruedas y no por ello tienes que ir señalando al que se tira una tarde entera tirado en el sofá a grito de «tú aquí sin hacer nada todo el día y el otro pobre hombre/mujer parapléjico deseando salir a correr». Y no, evidentemente los que tanto se molestan por ver a tal equipo o persona recibiendo ayudas que otros no tienen no son justicieros sociales que van recordando a todo el mundo lo que pueden hacer y no hacen. El perro del hortelano. Un perro simracer.
Un equipo puntero tiene más visibilidad. Sus coches se ven más en la parte delantera de una carrera. Participan en los eventos más importantes. Sus pilotos son mejores. Quiero creer que no hace falta explicar nada más sobre esto. Las marcas se matan por ver a Rafa Nadal, a Roger Federer o a Novak Djokovic vestir sus prendas, conducir sus coches y usar sus relojes. Porque son los mejores y/o más carismáticos, porque venden, el número 1480 del mundo no, ese no. Nadie les ha regalado nada, ellos se lo HAN GANADO. No han nacido siendo los tenistas más famosos de comienzo del Siglo XXI.
Es una etapa ya probablemente superada, pero no hace demasiado no era ni mucho menos extraño que muchos tipos de artistas tuvieran sobre sus cabezas los sambenitos que les marcaban como gente que no necesariamente merecía lo que recibía. ¿En serio hay gente que va a pagar por ir a ver tus pinturas o esculturas? ¿Por tu interpretación en una obra de teatro local? ¿Por vestirte de payaso en el circo? Es algo que haces como hobby, búscate un trabajo de verdad en vez de pedir limosnas por aprenderte un guión o meterle cuatro pinceladas a un lienzo. ¿Y por saber meter una pelotita en una cesta? El baloncesto lo empiezas a practicar como un hobby, ¡vergüenza te debería dar si pretendes ganarte la vida con ello si acabas siendo un gran jugador de basket!
Quizá, y solo quizá, si eres lo suficientemente bueno en ese hobby, si atraes a la gente necesaria, ese hobby se puede convertir en algo más. Y no, no hablamos de chalets en Miami ni de cuentas de ahorros con siete ceros. Esta era digital nos da la oportunidad de compartir todo lo que hacemos. Depende de cada uno querer perseguir algo serio en esa senda, pero esa senda la tenemos todos delante y todos nosotros partimos exactamente del mismo sitio. El que ha avanzado varios kilómetros es porque ha echado a andar hace tiempo, no porque nadie le haya puesto ahí.
Estás en tu derecho de no querer recorrerla, pero no pongas trampas en el camino solo porque tú vayas a tomar otra dirección, o volviendo al símil inicial, estás en tu derecho de no querer comer, pero al menos deja de tocar los cojones si los demás tienen hambre. Las raciones siguen siendo pequeñísimas. A Overwatch le invitan a un buffet libre en uno de los mejores restaurantes del mundo mientras que al simracing le dan una rebanada de pan duro de ayer. Pero ya es una rebanada de pan más que antes. Mal que le pese a algunos.
Comparto las ideas expuestas pero el efecto peonza sin parar de girar una y otra vez sobre lo mismo lo hace difícil de digerir.
Realmente, no puedes pretender, como tu comentas, pasar de la noche a la mañana cobrar un pastizal por «jugar al ordenador». El simracing está. Está pero no está. Todo el mundo sabe que existe, que se hacen torneos, campeonatos, pero no es lo que la gente le interesa. Te pongo por caso la vida real. ¿Qué genera más impacto, un Barça-Madrid o un GP de Candá de F1? ¿Cúal de los 2 obtiene más audiencia? Pues lo mismo pasa con los eSports. ¿La gente prefiere ver un partido del LoL o una carrera de simracing? Solo falta ver los espectadores en twitch de LoL vs iRacing. Tú mismo lo dijiste un día, creo que tu récord eran 1500 personas (no sé si me equivoco) simultáneas en un Stream. Y en la indy500. ¿Gracias a quién? Exacto, a Fernando. Si él no hubiese decidido correr dicha carrera, seguramente serían los 800 de siempre.
El otro día alguien en TW puso una encuesta de qué buscas en simracing, muchos dijeron que es un mero hobby, otros buscan vivir de ello. ¿Estamos tontos? Esto es como el que se sube al carro de YT por los dollars, y luego se mete una hostia porqué no tiene visitas, porqué está cegado por el dinero. En el simracing va a pasar lo mismo. Si algún día llega el momento donde nuestra afición crece hasta tal punto en el que es posible vivir de ello, creeme que solo un 10-15% va a vivir de ello. Véase un Marc Pérez, Greger Huttu, Néstor García, Seb Dunkel. Pilotos top. Porfavor, volved a la realidad. Estamos, en mi opinión, entrando en un debate inútil, dónde por culpa de la avaricia de querer ser millonarios gracias a esto nos vamos a pegarnos de morros contra el suelo. Las marcas están llegando. Pues dejadlas que lleguen, no forcéis la maquinaria.
De verdad, haced vuestra vida con normalidad, corred en el sim que queráis, entrenad para algun día estar arriba, para que podáis decir: «coño, qué bueno soy». Y ya está. Si las cosas tienen que llegar, creedme que van a llegar, de momento dejaros de discusiones absurdas en TW.
Gracias y un saludo.
«Y no, evidentemente los que tanto se molestan por ver a tal equipo o persona recibiendo ayudas que otros no tienen no son justicieros sociales que van recordando a todo el mundo lo que pueden hacer y no hacen. El perro del hortelano. Un perro simracer.»
Me acuerdo de una época, dónde un equipo español, curiosamente el equipo de los offtracks en Spa, le estaban yendo las cosas bien, muy bien. Las marcas querían unirse a ellos, pilotos reales se unían a sus filas. Y solo por eso empezó el mayor boicot que recuerdo de ésta, nuestra «comunidad»
Y bueno, luego con el tema de las 24h más de lo mismo, solo por eso.
Curiosamente el boicot lo empezó uno que era jefe de un equipo con los mismos colores. Con éstas líneas no pretendo decir nada, solo señalar la actitud de algunos señores en base a estas líneas que ha escrito Xabier.
Curiosidad mía que no paro mucho por tuiter. ¿Cómo se hace boicot y que importancia tiene?
Heikki, ¿para esto has criado este portal? ¿Para tus soliloquios y autodebates, y para crear polémicas? ¿No tenías suficiente con tu canal de YouTube?
Si te fijas, los artículos de Heikki360 en este portal son los guiones que lee en los vídeos que sube a su canal, les saca un doble rendimiento.