La salida, como sabrás con la experiencia adecuada, no es el momento más importante de las carreras, pero sin duda es el momento donde puedes perderlo todo. Cada piloto tiene un objetivo definido y unas actitudes que pone en práctica, pero con frecuencia nuestro ego nos ciega de tal forma que olvidamos que no estamos solos en la pista.
Pongámonos en situación con un pequeño ejemplo didáctico. Supongamos que estamos en una parrilla donde podemos encontrarnos:
La parrilla la podemos dividir en dos partes, lo que podemos controlar y lo que no podemos controlar. En estos casos la experiencia juega un papel vital, ya que nos puede ayudar a evitar incidentes en pista, pero en un futuro no muy lejano nos pasará factura y podremos obtener un contacto incluso con el mismísimo Sr. Huttu. Por esta razón hay que tener en cuenta lo que podemos controlar.
Un mal hábito de los nuevos pilotos es emplear las prácticas única y exclusivamente para realizar vueltas rápidas. Es importante simular en práctica situaciones de carrera, en este caso salidas. Tenemos que tener en cuenta que en carrera tenemos el depósito lleno y en ocasiones la configuración del coche se verá afectada así como su comportamiento en las primeras vueltas. No es lo mismo frenar con 10 litros que con 100.
Es justo mencionar que uno de los aspectos siempre olvidados de las salidas es la distancia a la primera curva. La recta de meta es el 99% del tiempo un sitio de paso rápido, pero cuando salga el semáforo verde las referencias y las distancias habrán cambiado. Probablemente tu trazada también al salir en dos filas. Intenta ensayar la salida desde la parrilla estimando tu posición en la una hipotética clasificación.
La prudencia, previsión y la reacción son tus mejores aliados. Obtener una buena imagen de lo que pasa delante y detrás es importante. No trates de empujar demasiado a tus rivales en la primera vuelta ni tengas luchas innecesarias, en el caso de que falles cualquier intento de adelantamiento perderás tiempo y los restantes pilotos tomarán ventaja de la situación.
Considero un comienzo exitoso cuando se ha completado la primera vuelta, los vehículos están en línea y el ritmo de carrera se empieza a estabilizar. Los objetivos que deberían seguirse son los siguientes, en orden de prioridad:
Los incidentes pueden dañar tu coche, las carreras son muy largas y deberás tener paciencia, el mínimo golpe puede ocasionar algún tipo de daño que pueda verse afectado a la velocidad punta como al comportamiento en general del vehículo. Mantén la cabeza fría. Para ganar la carrera, primero hay que terminarla.
Si no eres de lo que tienen una buen arranque en la salida, tu principal objetivo será el de mantener tu posición en la primera vuelta sin poner en riesgo la integridad de ningún otro vehículo hasta que el ritmo se estabilice, esto es algo que se aprecia mucho en la pista.
Probablemente lo más difícil, ganar posiciones. En el caso de que se seas un as en las salidas, tendrías que tener en mente las zonas seguras de adelantamiento, deberás estudiar las primeras curvas del circuito y tener cierta práctica en pilotar por trazadas diferentes sin poner de nuevo en riesgo la integridad de ningún otro vehículo. Recuerda la regla de oro, levanta si es necesario.
Dependiendo del nivel de la prueba será desde rápido hasta imposible. Tus posibilidades de hacer un buen resultado pasan por como gestionar cada situación. Se paciente, aprovecha el rebufo del coche delante tuyo y comienza a abrir hueco con los pilotos traseros. Una vez la carrera se haya estabilizado llegará el momento de cambiar tu estrategia.
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