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Vale, ya te has decidido: quieres un PC retro. Tienes tus cajas de juegos esperando para instalarse y las ganas de revivir tiempos pasados no podían ser mayores. «Pero…¡leñe! ¿Y por dónde empiezo?» Para eso vamos a utilizar esta segunda entrega. Vamos a considerar varios aspectos antes de tirarnos como locos a comprar piezas, mandos, y teclados.
Espacio
La primera consideración que tendremos en cuenta es el espacio. ¿Tengo sitio para otro ordenador completo? Los simracers solemos acumular trastos que usamos para nuestro hobby, que ya ocupan una buena porción de la habitación. Acostumbrados a los monitores planos modernos, se nos ha olvidado lo que ocupaban (y pesaban) los antiguos monitores CRT. Dependiendo del sistema operativo que elijamos y lo puristas que queramos ser, también necesitaremos otro teclado y otro ratón. Como veis, pronto empezamos a necesitar espacio adicional. Pero no os preocupéis, hay opciones para todos los gustos. Partiendo de que como mínimo vas a tener otra torre, vamos a establecer varias categorías:
- Sólo tengo espacio para la torre, como mucho: Windows 98 será tu sistema (por su soporte para USB), y harás uso de un switch KVM para conectar ambos ordenadores al mismo monitor, teclado y ratón.
- Puedo poner un monitor dedicado para ese ordenador, pero no otro teclado y ratón: Windows 98 será tu sistema (de nuevo por el soporte USB) y usarás un switch USB para el ratón y teclado.
- Tengo espacio para otro ordenador completo: podrás elegir sistema operativo y periféricos a tu gusto.
Grado de purismo
Esta va relacionada con la primera, en el sentido de que si quieres una experiencia retro de verdad necesitarás espacio para un monitor CRT, teclado y ratón de la época. De hecho, quizá también quieras unos altavoces de los 90 para enchufar a la tarjeta de sonido. Si la meta, ya sea por presupuesto, espacio o conveniencia, es solamente hacer correr los juegos antiguos, entonces podrás prescindir de los periféricos y monitores aparatosos.
También hay que tener en consideración qué juegos son los que te interesa hacer correr, y para qué hardware estaban pensados. Como los procesadores de los 80 y principios de los 90 eran muy lentos, algunos de los primeros juegos para DOS unían el movimiento y la IA a la velocidad del hardware, sin que el equipo de desarrollo estableciera un límite. Por ejemplo, cada fotograma correspondería a un paso. En el hardware antiguo no era un problema, ya que los procesadores eran tan lentos que los mejores de ellos sólo conseguían correrlos con fluidez, pero si ponemos un procesador demasiado rápido los juegos se vuelven imposibles porque todo va tan deprisa que no hay tiempo de reacción. Imaginaos pulsar un segundo hacia la derecha y que el personaje se mueva 800 pasos, en vez de los 2 o 3 que debería de dar. En algunos juegos de estrategia, como Warcraft II, la IA «piensa» tan rápido que se convierte en invencible. Hablaremos de esto más a fondo cuando estemos analizando las opciones de procesador.
Por último, queda el purismo por el purismo. Hay gente que no soporta ver un procesador de 1996 con una tarjeta gráfica de 1999. O un ratón óptico en un ordenador de 1995. Si sois de esos tendréis el camino más complicado de todos, ya que os limitará mucho la compatibilidad de juegos y será más difícil y caro encontrar las piezas que justo eran contemporáneas. Yo recomiendo, salvo para entusiastas del hardware antiguo, que busquéis una configuración de la franja 1999-2003. Es más fácil encontrar piezas y drivers, son más nuevas, más baratas, y os permitirán correr una mayor cantidad de juegos por ser más potentes.
Presupuesto
Esta es sencilla. ¿Cuánto estoy dispuesto a gastarme? Lo más barato sería coger el típico ordenador olvidado en casa de tus padres, tíos o abuelos, y usar esa base para construir el resto. Un ahorro en caja, disco duro, lector y grabadora, lector de 3 1/2, fuente de alimentación, RAM y posiblemente placa no es como para despreciarlo. Seguro que también tiene ratón y teclado. Puede que hasta altavoces. Es posible también que encontréis un viejo monitor en algún trastero de algún amigo o familiar. Esto nos dejaría la cartera libre para invertir en procesador, aumento de RAM y tarjeta gráfica, que es lo importante para jugar.
Si no tenéis acceso a ningún ordenador de esa época de manera personal, podéis probar a pasaros por la tienda de reparación de ordenadores más cercana. Os sorprenderíais al ver los PCs que lleva la gente para ver si se pueden reparar. Yo he trabajado en una tienda de este tipo y os aseguro que de vez en cuando aparecen auténticas reliquias, prácticamente sin usar. Habría que reponer la pieza que no funcione, y listo. Otra opción es pasarse por el centro de reciclaje de vuestro núcleo urbano y preguntar: seguro que les llegan cosas todos los días.
Si nada de lo anterior es opción, vuestra mejor salida es buscar en páginas de reventa tipo Ebay o Wallapop ordenadores completos con Windows 98. Hay gente que los vende restaurados a precios elevados (200-350€ por la torre), pero también mucha gente que quiere deshacerse de un trasto que ya no les vale para nada y lo vende barato. Si el presupuesto es flexible, podéis ahorraros dolores de cabeza y directamente comprar uno de los PCs retro restaurados que hay en esas páginas. Pero, ¿dónde está la diversión entonces?
Comprar todas las piezas por separado es, lógicamente, la opción más cara y difícil. Deberíais evitar esta vía salvo que seáis entusiastas del hardware, sepáis lo que hacéis, y queráis solamente piezas muy específicas para vuestro PC retro.
Por último, cuando ahondemos en los componentes por separado, veremos que la franja «premium» sigue reteniendo cierto valor. Comprar el mejor procesador para determinada placa base, la RAM más rápida, o la mejor tarjeta gráfica de su generación llevará un sobrecoste que dependerá de vosotros si queréis asumir. Por poner un ejemplo con hardware moderno, dentro de 15 años quizá seremos capaces de encontrar cientos de GTX 1060 por el equivalente a 20€ actuales, decenas de 1070 por 30€, y alguna GTX 1080 a buen precio por unos 45 o 50€. En cambio, las pocas GTX 1080 Ti que aún funcionen y estén en buen estado pueden llegar a valer más de 100€. Quedará en vuestra mano decidir si queréis lo mejor de lo mejor o si os vale con que los juegos funcionen.
En la siguiente entrega nos meteremos de lleno en la elección de componentes, empezando por el trío base: procesador, placa base y memoria RAM. Estos tres componentes siempre van unidos, con lo que la elección de uno de ellos condicionará los otros dos. Podéis preguntar cualquier duda que tengáis en la zona de comentarios. Para alguien que no haya hecho esto nunca puede parecer una tarea muy complicada, pero os aseguro que no lo es. No os echéis para atrás por miedo o desconocimiento.
Serie completa
Parte 2 – ¿Por dónde empezar?
Parte 3 – Placa base, CPU y memoria RAM
Parte 5 – Tarjeta de sonido, disco duro, y otras piezas de importancia