O lo han matado, como queráis. Ayer tuvimos la noticia oficial de que esta saga ha dejado de existir en el catálogo de EA y que sus desarrolladores han sido asignados a otros proyectos relacionados con carreras, si es posible, dentro de la compañía.
He ido directo al grano para los que viven en la inmediatez, ahora para el resto (el 1% que tiene tiempo) podemos desgranar un poco el nacimiento, la vida y el tumultuoso devenir que ha derivado en el final de esta saga.
Lo cierto es que tengo poca información contrastada del comienzo de este grupo que más tarde se llamaría Slightly Mad Studios y que es parte indivisible de la vida de la saga Project Cars. Este grupo de desarrolladores comandados por Ian Bell (un personaje peculiar) decidieron crear un proyecto de mecenazgo colaborativo a través de internet tras su experiencia en la saga GT-R. Slightly Mad Studios prometía a la comunidad escuchar todas sus peticiones e incorporarlas a su potente motor de juegos de coches, y a través de un sistema de contribución por etapas podías acceder a más versiones, tomar partido en el debate, proponer cambios o características y acceder a todo lo que se estaba haciendo.
Durante varios años el desarrollo de Project Cars estaba ahí en la sombra creciendo de modo lineal y se iba haciendo presente que podía llegar a ser un producto interesante. Project Cars además tenía la peculiaridad de que no formaba parte de ninguna distribuidora o estudio más grande, por lo que se debía enteramente a sus usuarios y donantes y prometía ser un único título total que fuera evolucionando hasta lograr «la perfección».
El lanzamiento de Project Cars se produjo en 2015 bajo el paraguas de Bandai, y para desilusión de mucho usuarios, aunque fue un buen título, nunca entregó todo lo que se prometía, y su secuela fue anunciada pocos meses después del lanzamiento. Esto provocó la ira de algunos de sus más fieles seguidores viendo que se había transformado de la noche a la mañana en un juego de consola más, con ciclos de vida bien definidos buscando el máximo rédito económico.
SMS tenía una joya que había conseguido desarrollar a lo largo de los años, que era el motor Madness, base de toda la saga Project Cars y que ofrecía muy buen equilibrio entre rendimiento y vistosidad. Como mucho sabéis, fue tanto licenciado a Automobilista para el desarrollo de su segunda entrega como la base del producto para fabricantes y centros de simulación llamado Project Cars Pro.
Dos años después del lanzamiento de la primera se lanzó la segunda y mucho más completa entrega de Project Cars. Contaba con algunos añadidos de Rallyx, y sobretodo pensaba en las competiciones online y los futuribles eSports que comenzaban a despuntar.
A partir de ahí, rumores sobre una tercera entrega que nunca llegaría tal como pensaban los seguidores. Ian Bell también se encargó de anunciar sus intenciones de crear una consola y de ser un bocas sin ningún control. No tengo información de que pasó internamente pero Codemasters, un estudio también británico y con muchas licencias oficiales en su saco, terminó comprando a SMS casi por sorpresa poco después de que SMS licenciara su Madness a Reiza para la continuación de Automobilista. Sea como fuere, algo internamente dentro de SMS estaba fallando y la adquisición por parte de Codemasters fue una forma de solventar todo aquello.
A partir de ese momento, la tercera entrega de la saga tomó un rumbo muy diferente, el de completar un trabajo ya iniciado pero sin amor y sin dedicación. Codemasters tampoco quería comprometer ninguno de sus sectores ya poblados con Dirt, Grid y otros y dejó que el lanzamiento fuera bastante discreto. Las criticas no fueron las mejores y el título se estrelló en cifras de ventas. Se dice que vendió un 80% menos que la anterior entrega y nosotros pudimos comprobar porque.
Fueran cuales fueran las intenciones de Codemasters con SMS y su status interno dentro de la compañía, no dio tiempo a maniobrar ni a recolocar, ya que entre bambalinas se estaba cociendo otra adquisición mucho más grande como era la de EA. La compra de Codemasters por parte de EA dejó al personal de SMS que quedará dentro de Codemasters algo de tiempo para reorganizar sus ideas, pero con tantas personas por encima que cualquier desenlace tenía visos de no terminar bien, o simplemente no terminar.
Ahora se nos confirma que había una cuarta entrega en desarrollo, pero posiblemente sin el personal ni el saber de las personas que dieron lugar a los dos primeros títulos, que serán los más recordados de esta saga, y sin los que es mucho más difícil de repetir un éxito como ese.
Desconozco en que momento Ian Bell se bajó del barco, aunque entiendo que recibió parte de la compra en las dos adquisiciones en acciones y dinero en efectivo. Así que con tiempo libre y con muchas ideas en la cabeza se ha dedicado a sorprender con algunos comentarios en Twitter durante estas últimas semanas, siguiendo ayer con más «informaciones» que pueden ser verídicas o no.
So that's about 18 hours and counting calling all of the old pCARS2 team. Many of the GTR2 guys are already with us and most of the pCARS2 superstars want to join. GTR Revolution is going full hardcore in every possible way we can think of. It's already building. Input welcomed.
— Ian Bell – Something Unique and massive coming. (@bell_sms) November 9, 2022
Según Bell, ya están preparando algo nuevo, algo de carreras, ya que todo el equipo de otras entregas de Project Cars y de GTR están involucrados. ¿Hay algo de cierto en ello? Veremos en los próximos meses, porque su credibilidad es la justa para pasar el día…
¿Qué fue lo que más os gustó de esta saga? ¿Qué echáis de menos en otros títulos?
La traición que supuso PC3 se paga