Estamos a nada de que se presente un nuevo contendiente en el cuadrilátero de los simuladores y conforme van apareciendo, mejorando, o evolucionando sientes que en realidad todo avanza a un ritmo mucho más lento del que nos gustaría.
El tema competitividad y competición es algo jodido, sobre todo cuando el compromiso se lo tienes que pedir a gente que no se juega nada desde el salón de su casa y que en la mayor parte de las ocasiones se lo toman como una mera desconexión de su vida formal. No es difícil revivir tiempos de pesadilla entrando en cualquier servidor público de LFS, Assetto Corsa, ¿GT Sport? o cualquier otro para comprobar que por muy fiel que sea un simulador, la mayoría de gente no tiene ninguna gana de hacer el esfuerzo de simular ellos la parte que les toca.
Los simuladores implican una curva de aprendizaje mucho mayor que el resto de juegos, y por lo tanto están expuestos a un publico mucho menor, aquel que puede dedicarles el tiempo necesario a sacarles partido y comprender toda su extensión. Si en el automovilismo tenemos un montón de productos que luchan por el mercado y ofrecen diversas modalidades y opciones de realismo, en la aviación es donde podemos crear un verdadero ejemplo de lo que intentamos transmitir en estos párrafos.
En el aire hay muchos menos títulos y precisan de dedicación exclusiva, siendo el multijugador un asunto verdaderamente serio, donde las tonterías se pagan caras y donde las comunidades se cuidan de castigar a aquellos que hacen perder el tiempo al resto, sobre todo cuando se obra de mala fe. No hay espacio para las tonterías ni para no tomárselo con cierto compromiso y seriedad.
En la carretera, hasta la llegada de iRacing y Nim Cross (el tipo de los reportes) esto era algo prácticamente utópico, y tampoco había la intención (debido a su dificultad) de emplear sistemas automáticos de sanciones. Comunidades cerradas con contendientes conocidos que no dieran demasiados problemas al resto de compañeros y permitieran disfrutar de las carreras, y ahí se quedaba todo. Con la llegada de los americanos y su ingente financiación, el concepto se volvió global y las series oficiales pasaron a ser un primer intento de regular esto y permitir que cualquier pudiera correr limpiamente sin tener que buscar un grupo de amigos.
Han pasado ya más de 10 años desde que se inició este tipo de actuaciones postcarrera y el resultado es cuanto menos agridulce. Si bien en los primeros tiempos la gente aprendía con el primer aviso y las cosas iban mejorando en pista, ha sido en estos últimos cuando la masiva afluencia de otros jugadores provenientes de entornos menos restrictivos ha comenzado a hacer mella, cuando empiezas a sentir que una y otra, y otra vez, ves los mismos comportamientos reproducidos una y otra vez por diferentes personas. No hay aprendizaje ninguno, no hay castigo que valga, porque prácticamente no existen las consecuencias.
Tengo que decir que mi sesgo cainita propiamente ibérico hace que me fije mucho más (también de ver a la comunidad en redes sociales) en los competidores con los que comparto nacionalidad o lengua, y tengo que admitir que cuando veo ciertos nombres no tengo más remedio que echarme a temblar. Nos llaman los three namers, the iberians y otros cuantos motes que el conjunto difuso de angloparlantes nos han colocado a similaridad de nuestra leyenda negra, con algo de base y mucho de mito.
Como dicen en nuestro equipo, aquí tenemos broncas con todas las nacionalidades, pero salvando varios asesinos persistentes y nombres sobradamente conocidos por su conflictividad, la mayoría, germánicos, franceses, británicos, americanos, se olvidan y pasas directamente a centrarte en la población patria que te la hizo bien gorda. Porque esos no te olvidan, y hacen que tu tampoco a ellos.
Aquí no hay nadie perfecto, todos fallamos, y conforme vamos exigiendo más al simulador, también exigimos más al resto de contrincantes, a su conocimiento de la pista, de la gestión de la carrera, y al control que tienen sobre el coche, también exigimos más del sistema de sanciones y queremos que funcione siendo de verdad un sistema de sanciones y no una máquina de envío de correos inocuos. En todo el tiempo que llevo aquí he recibido unicamente dos reportes, uno de ellos totalmente merecido en el que solo fui amonestado, y aún así ni parecido a lo que veo semanalmente en pista. Incidentes continuos, en todas las situaciones con gente llena de nervios, tensión y vete tu a saber que más, haciendo maniobras por encima de sus posibilidades, estropeando la carrera a otros muchos y presentándose a la carrera siguiente, o al día siguiente a engrosar sus estadísticas, probando suerte, como si fuera una partida más a la recreativa de los cinco duros.
No es la primera vez que lo digo, tampoco que lo escribo. El sistema de reportes actual es un pequeño gran despropósito, una broma de mal gusto que permite a la gente con escaso interés seguir fastidiando durante largo tiempo antes de tener consecuencias palpables. Una tonta manera de tirar por la borda el trabajo que realiza el resto del equipo y una forma errónea de premiar la participación y bajar el nivel general de la parrilla, alejando a los que corren y atrayendo a los que chocan. Y sin embargo aún mejor que las alternativas, que los sistemas automáticos que no logran captar toda la complejidad de las situaciones y cuya justicia arbitraria es cuando menos frustrante. Ojalá mejorar el sistema actual, ya que es lo mejor que tenemos en el mercado y el único con intervención humana.
Podéis daros de alta en iRacing con este link de alguno de nuestros referidos.
