Me alegra mucho haber podido hacer parte de este análisis que comparto a medias con Rodríguez. Desde hace aproximadamente 2 meses andamos de pruebas de la base Moza Racing R9
y del aro de Moza Racing GS
, y hemos podido comprobar, para nuestra alegría, que hay un nuevo competidor en el mercado que amplía el abanico de ofertas disponible para que el simracing siga creciendo.
Gudsen es una empresa de estabilizadores de cámaras de grabación que lleva funcionando desde 2012. Es una empresa no acostumbrada al simRacing, pero suponemos que, o bien son aficionados al tema, o bien han visto que el mercado tenía recorrido en su mercado local e internacional.
Desde algo más de un año vienen sacando productos (a una velocidad de crucero) para simRacing. Desde bases, pasando por aros, pedales, dashboards, quick release, etc. Un ecosistema completo que crea una nueva línea de productos dentro de la compañía, lo que conocemos como Moza Racing.
Presentación y características
Esta Moza Racing R9
, protagonista de este primer artículo, es uno de sus proyectos más ambiciosos hasta el momento, ya que entra en competencia directa con otro fabricante europeo de postín que todos conocemos. Es una oportunidad de proyectarse internacionalmente y es crucial que el producto cumpla con unos estándares característicos esperados en el viejo continente. La base Direct Drive tiene una fuerza (no lo es todo, pero es importante) de 9Nm, por lo que ya se sitúa por delante de sus rivales en esta primera aproximación a la gama media.
Con la caja en las manos vemos que el empaquetado de Moza Racing R9
está a la altura de la calidad del producto que quieren vender. El diseño de la caja, el manual de instrucciones, la disposición de los elementos, la espuma protectora, pegatinas y hasta una funda para la base, todo apunta muy buenas maneras que valoramos de forma muy positiva.

La base es más pequeña que una Fanatec CSL DD y de un peso similar. Está prácticamente entera hecha de metal, salvo por la tapa trasera, que es de plástico. Detrás tiene un pequeño botón de encendido y 4 conexiones: la fuente de alimentación, el USB de conexión con el PC, la conexión con un botón de apagado de emergencia y una última para conectar con un display externo (estos accesorios deben comprarse aparte).

En la parte delantera encontramos el quick release al final del eje del motor, un eje que nos sorprende por su diámetro y un quick release que nos asombra por su solidez y acabado. No es que este QR sea una novedad, ya que este tipo de QR lleva tiempo en el mercado y su calidad está fuera de toda duda, lo que nos sorprende para bien es que una base Direct Drive de la gama más económica lo traiga de serie. Muy buen punto para Moza.
Instalación, software y configuración
Una vez que hemos sacado todo de la caja y lo tenemos frente a nosotros, pasamos a atornillarlo al cockpit. En este caso hemos usado un cockpit de NWS, el LIFE Premium, del que próximamente haremos un análisis. Nos aseguramos de que la base queda firmemente atornillada a la bandeja y la conectamos al PC y la corriente.
Instalamos la última versión del software de Moza en el PC. La interfaz de la aplicación Moza Pit House es bien clara y bastante atractiva. Tiene todos los apartados de los diferentes productos que tienen en su catálogo y se desbloquean según los que tengamos.
Sin duda el software es el punto más controvertido, no porque tenga nada de malo en sí mismo, sino porque parece incomprendido. La aproximación que hace Moza en cuestión de software a la configuración de sus periféricos es completamente diferente a como otros fabricantes la venían haciendo hasta el momento. Eso que en un principio descoloca al usuario puede llevar a confusión, malestar e incluso rechazo. La falta de paciencia y de lectura es algo muy común en los tiempos que corren, sin embargo, leyendo las descripciones de los parámetros y deshabilitando algunos efectos añadidos que trae la configuración por defecto, podemos dejar funcionando la base de una forma bastante similar a lo que conocemos de otros fabricantes y que hemos asumido que es el FFB transmitido por el simulador.
Esa configuración extra y entendimiento tenemos que tenerlo claro de cara a llegar afinar el gran producto que es en el hardware. Sin lugar a dudas, poco a poco irán limando este aspecto y en próximas versiones del firmware o del software, estas pequeñas modificaciones puedan venir incluidas por defecto, dejando al usuario la libertad para subrayar ciertos efectos o deshabilitar otros teniendo una mejor sensación desde el principio.

Una vez comprendido este pequeño proceso de aprendizaje, todo funciona con normalidad y las actualizaciones y configuraciones se realizan sin problemas a través de la aplicación conocida como Pit House.
Un punto extra de la configuración es que contamos con una aplicación móvil que se conecta a la base por bluetooth, y desde ahí realizar cualquier ajuste de la configuración del FFB “en caliente”. Sin salirnos del simulador, reiniciar carrera, ni nada, sentiremos directamente el cambio y así podremos notar el cambio de las sensaciones mucho mejor. Gran punto a favor. Punto en contra la necesidad de tener que dar permisos de ubicación y activar el GPS para poder utilizar la aplicación.
Pruebas
Una vez puestos en faena y con la base «correctamente» configurada y con todo en su sitio, es momento de saltar a pista y contrastar como funciona esta nueva base. Las pruebas de conducción las hemos hecho con iRacing con varios vehículos: de calle, GT3 y tipo fórmula, en pruebas de circuito y en varias competiciones a lo largo de estas semanas (alguna hasta con victoria 😊). Nos habría gustado mucho hacer alguna prueba de drift, pero con este aro no se puede, nos hace falta más superficie de agarre. Estamos seguros de que con esta base hacer drift sería mucho más divertido por la mejora en control que nos aporta. Lo dejamos anotado para ampliar en un futuro cuando contemos con un aro redondo compatible.

Las sensaciones a nivel de conducción en una situación de estabilidad no son diferentes a lo que podemos sentir con bases de gama alta, en ese aspecto todo se transmite con la inmediatez esperada (dentro de un margen de aceleración que suele ir unido al coste de la base) y por lo tanto se encuentra a la par con otras en su rango. En ese aspecto es bastante similar a lo que conocemos y difícil percibir o medir diferencias comparables. Subjetivamente no hay. Es en el momento en que empezamos a pedir grandes esfuerzos en los que la base brilla como pocas en la gama media. Es el momento en que subimos a un piano, en que transitamos por el, y en el que lo abandonamos en que estos 9Nm dan una muestra de cómo de optimizados están.
Digo una muestra porque no es solo en los pianos donde se demuestra la cantidad de par que puede aplicar esta pequeña base, ya que las curvas largas con un radio amplio en donde notamos todo el agarre mecánico son uno de los puntos álgidos de esta pequeña bestia. El clipping que hemos notado en otros dispositivos en estos casos, parece que no llega a producirse con la Moza Racing R9
y aguanta con un par constante sin desfallecer. Esto es muy visible en enlazadas como las curvas 2,3 y 4 en Watkins Glen con un GT3 o suponemos (estoy recordando ahora) el carrusel en Road America.

Este tipo de comportamientos hace que la base se caliente, aunque no llega al punto de quemar ni resultar peligrosa, pero se nota que está al limite de lo que este hardware puede ofrecer. Lo bueno de los Direct Drive es que no tienen una bajada de rendimiento en el tiempo al no tener partes mecánicas, lo que nos alivia pensando a futuro.
El volante Moza GS
Una pequeña mención al volante Moza Racing GS
antes de abordarlo en un articulo y en un análisis individual. El aro tiene una pinta magnifica y unos buenos materiales. El tacto, los acabados, el peso y el quick release y su integración con la base hace que sea un pequeño disfrute. Hablaremos de él en unos días.

Conclusiones
Particularmente puedo decir que me ha sorprendido muy gratamente el conjunto, estando mucho más allá de las expectativas que pudiera tener sobre un producto de un rango en el que ya he probado más dispositivos. Está base está por encima en precio de sus posibles competidoras, y es así porque a su vez ofrece algo más como para justificarlo. Su limitación a PC y al ecosistema de volantes de Moza (aún en desarrollo) puede ser lo que más nos eche para atrás en su compra, pero del resto no hay duda que sale muy bien parada en cuanto al rendimiento de una pequeña gran base a un precio impensable hace años.
Sin duda estamos ante un producto con potencia más que suficiente para la mayoría de aficionados y con una calidad de fabricación realmente buena. En nuestro caso no podemos estar más contentos con los resultados que hemos obtenido con esta base. Eso sí, hay que tener en cuenta que requiere de un mínimo de conocimientos y ganas de querer cacharrear con la configuración para dejarla totalmente al gusto. Al menos de momento.
Precios y disponibilidad
Todos los productos de Moza Racing, con descuentos del 3% usando nuestros links, podéis encontrarlos en la web de Simufy. En este caso, la base Moza Racing R9
de 9 Nm cuesta 479,90 euros y se encuentra en stock para envío inmediato.