Intel y AMD vuelven a batallar mano a mano como en los viejos tiempos. Diferentes soluciones para un mismo problema, el de la computación.
AMD presenta en esta segunda iteración de Ryzen (no Ryzen 2 aún) una increíble progresión desde la apenas pasada primera generación y hace que Intel ya cuantifique cuánto de ese mercado monopolista que ostentaba está comenzando a perder.
Los precios y rendimientos de esta segunda generación de Ryzen están prácticamente a la par que los modelos de Intel, ofreciendo en multihilo una potencia extra para estaciones de trabajo. En el apartado gaming es cierto que aún a potencia por núcleo aún no llegan a alcanzar a Intel, pero teniendo en cuenta que los desarrollos cada vez sacan más partido a los múltiples núcleos y que un jugador no sólo juega, si no que necesita ejecutar varias aplicaciones en paralelo, pues blanco y en botella. Por si fuera poco todos estos nuevos micros vienen con disipador incluido y son compatibles, mediante actualización de BIOS, con todas las viejas placas X370.
En el mercado de gráficas, AMD aún no tiene un candidato a desbancar a Nvidia, y la generación 11XX ya se presume a final de verano, por lo que ante la liquidación de stock de la serie 10 es un buen momento para por fin, tras la caída de la minería de criptomonedas, poder pillar algo a buen precio.
El resto, SSD M.2 y RAM a buena velocidad, cajas de distinto y sobrio diseño y fuentes capaces de soportar todo sin renunciar a componentes de calidad. Todos intercambiables entre ellos.