Raceroom prepara para el próximo mes un DLC con contenido poco habitual en el simulador. Llegan 4 nuevos coches y un circuito siendo opciones muy diferentes para contentar a todos los públicos.
Cuando aprendes a conducir un coche de calle, hay un proceso. Empiezas con algo pequeño, algo lento, quizás ni siquiera aprendes a usar un cambio manual. Vas subiendo de nivel; normalmente también tienes a alguien a tu lado que te dice que no te estrelles contra el muro.
Pero en los simuladores de carreras existe la expectativa de que podamos subirnos a un coche de carreras de gran potencia y estar inmediatamente a la altura. Y lo que es más importante, disfrutar de la experiencia. Pero, cuanto más preciso es el simulador, naturalmente, más difícil es conducir algunos coches.
En Raceroom tenemos algunos monstruos: Coches del Grupo 5 de los años 70 que tienen tanto retardo del turbo que podrías dormir una buena noche antes de que su feroz potencia entre en acción; tenemos pilotos del DTM de los años 90 a los que tienes que llevar al límite si quieres conseguir el mejor tiempo por vuelta; están los temibles GT1 de los años 2000, todo potencia de fuego, a los que tienes que intimidar en la pista; y qué decir de los prototipos modernos y los coches de Fórmula, repletos de tecnología e interruptores, que requieren que tu cerebro funcione a un nivel tan alto como tus manos y pies.
Todo sucede más rápido en un coche de carreras. Todo es más emocionante. Pero todo es menos indulgente.
Lo peor es meterse en un sim, elegir el coche de tus sueños y disparar en la primera curva. Claro que siempre puedes pulsar el botón de reinicio en un sim, pero a veces la experiencia será mejor si se ralentizan las cosas. Tomarse un respiro y concentrarse en progresar y aprender. Y en disfrutar.
Así que para nuestro gran lanzamiento anual de diciembre, presentamos el Driver’s Pack. No es específicamente un pack para principiantes -aunque servirá perfectamente de esa forma, si quieres empezar tu carrera-, pero se supone que presenta una progresión sensata a través de un conjunto de coches que ofrecen niveles de rendimiento muy diferentes. Lo más importante es que estos coches son divertidos de conducir. Realmente divertidos.
Hemos incluido la última versión de un clásico moderno: el coche de iniciación para los conductores de todo el mundo, el icónico MX-5 de Mazda (o Miata para los norteamericanos de la vieja escuela).
A continuación, dos clásicos reales de Crosslé, un fabricante del que quizá no hayas oído hablar, pero que tiene una historia que se remonta a los años 50. Presentamos las versiones modernas de modelos que han estado en producción durante décadas, pero que siguen proporcionando emociones – y ocasionales salpicaduras si no se hace bien.
El circuito incluido en esta edición está directamente relacionado con Crosslé: las épicas curvas de Charade, enterradas en lo más profundo del país de los volcanes de Francia, y sede de la escuela de conducción de Crosslé.
Por último, un cohete de bolsillo en el que hay que equilibrar la potencia de un mini prototipo moderno con la creencia en la magia de la carga aerodinámica: El R1 de Praga.
A lo largo de las próximas semanas te daremos más información sobre cada uno de los cuatro coches incluidos en la versión: cómo los hemos modelado y cómo hemos dado vida a la física, además de algunas recomendaciones sobre cómo conducirlos. Y un poco de historia para no aburrir a nadie.
